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Los ruidos que percibimos espontáneamente sin una fuente sonora evidente a nivel del oído o “dentro de la cabeza” y que definimos como “zumbido” o “pitidos” se denominan ACÚFENOS. Se trata de una situación muy frecuente y que muchas veces no se consulta. De hecho se calcula que un 10% de la población en los países industrializados ha experimentado una sensación de sonido superior a cinco minutos; De ellos, entre un 1% y un 2% presentan un acúfeno de grado moderado o grave que afecta a la vida ordinaria.

Distinguimos dos grandes grupos de acúfenos: Por una parte están los sonidos producidos por nuestro propio cuerpo, como el latido cardiaco, Otras veces podemos percibir un sonido similar al tecleo de una máquina de escribir que es debido a la contracción rítmica de determinados músculos del oído.

Distinguimos dos grandes grupos de acúfenos: Por una parte están los sonidos producidos por nuestro propio cuerpo, como el latido cardiaco, que pueden ser percibidos por un explorador. En este caso percibiremos un sonido sincrónico con el latido del corazón que aumenta su frecuencia al hacer ejercicio o con los esfuerzos. Otras veces podemos percibir un sonido similar al tecleo de una máquina de escribir que es debido a la contracción rítmica de determinados músculos del oído. Tanto en un caso como en el otro es necesaria la evaluación por un especialista en otorrinolaringología, ya que en la mayoría de los casos serán precisas pruebas radiológicas (habitualmente resonancia o angio-resonancia y Eco-Doppler) y analíticas para descartar problemas vasculares o del sistema nervioso central. Causas frecuentes de acúfeno pulsátil son la anemia, el embarazo y el hipertiroidismo, situaciones todas ellas fácilmente diagnosticables mediante análisis sanguíneo.
El otro gran grupo de acúfenos (zumbido) son aquellos que se producen sin una fuente sonora evidente. La mayoría de ellos tienen relación con lesiones que se producen en las neuronas del oído interno (el caracol) aunque es en la vía que va del oído al cerebro donde se genera el ruido como reacción a dicha lesión. Un factor de riesgo importante es la exposición a ruido externo intenso. Otras posibles causas de lesión a nivel del oído interno son las otitis, la supuración crónica del oído, la cirugía previa de oído, infecciones por determinados virus (como el del Sarampión) o bacterias y muy frecuentemente la ingestión de determinados fármacos que son perjudiciales para el oído (los más frecuentes son el ácido acetilsalicilico y algunos diuréticos). El estrés puede ser el detonante de un acufeno sobre todo si ya existía una alteración previa del oído interno. Las alteraciones cervicales (artrosis y contracturas) y los traumatismos craneales pueden ser otra causa de acufeno. La pérdida de audición asociada a la vejez puede cursar con acúfenos y también determinadas enfermedades del oído interno como la otosclerosis o la enfermedad de Meniere. Una causa infrecuente pero que debe ser tenida en cuenta es el neurinoma del nervio acústico, un tumor benigno que se aloja en la base del cráneo.

En cualquier caso el diagnóstico debe ser realizado por un especialista en otorrinolaringología, siendo en algunos casos necesario la realización de un TAC (scanner) o resonancia para completar el estudio..

El tratamiento más eficaz es la prevención, evitando ambientes excesivamente ruidosos, el uso continuado de mp3, la protección auditiva en el trabajo, realizando un tratamiento precoz de las otitis, etc… . En cuanto a los fármacos disponibles para el tratamiento de los acúfenos los resultados de los distintos estudios son muy variables. Parece ser que los medicamentos que mejores resultados obtienen son los antidepresivos tricíclicos y algunas benzodiacepinas como el alprazolam. En ambos casos el fármaco debe ser prescrito por un médico que controlará los posibles efectos secundarios. La Terapia de re-entrenamiento (TRT) mediante generadores de ruido parece una buena solución para un determinado grupo de pacientes. En los pacientes con una pérdida auditiva importante por la edad resulta eficaz la adaptación de prótesis auditivas (audífonos) que incrementarán la percepción del sonido ambiental reduciendo la percepción del acufeno.
En la mayoría de los casos los “zumbidos” en los oídos son causados por patologías benignas (incluso el cerumen puede producir acúfenos) y terminan desapareciendo con o sin tratamiento. Es importante no obsesionarse con el ruido y acudir al médico lo antes posible para despejar nuestras dudas.

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